Rubiales y el Feminismo

por J.A. "GARAÑEDA"

Sin ánimo de ofender, ni a las feministas ni a nadie, me permitiré opinar acerca de esta cuestión. Un caso que, desde mi punto de vista, ha caído como “agua de mayo” en el laberinto diarreico donde se mueve como pez en el agua una parte más o menos importante de las mujeres del mundo en que vivimos; pero también como agua sucia, polvorienta, de esa que embarra cuanto encuentra a su paso y lo deja todo hecho una porquería.

No conozco al señor Rubiales. Tan sólo poseo referencias de él a través de su trayectoria personal y deportiva. Tampoco conozco a Jenni Hermoso.  No existe, pues, por mi parte ninguna empatía ni antipatía hacia ellos. A ambos les respeto, tanto como personas, como profesionales. Sin embargo, y aunque estoy completamente seguro de que ambos desconocerán por completo quién soy yo, este “maremagnun” con trazas de fortuito y cargado de aparente confusión, nos deja a muchos el camino abierto para aportar, cuando menos, nuestro parecer.

En principio, todo da la impresión de ser producto de ese lógico énfasis del momento. Un hito importantísimo, tanto en la trayectoria de los componentes del equipo, como de quienes ostentan puestos de alto rango en el organigrama deportivo, del que pueden derivarse ocasionalmente comportamientos más o menos espontáneos poco comunes, pero a fin de cuentas comprensibles, e incluso disculpables. Y esta es ni más ni menos la situación que, a mi juicio, ha dado pie a todo este revuelo. Un “cisco” al que se han apuntado rápidamente medios de información, afines y no a la desinformación como parte de la ideologización de la sociedad, y todas aquellas partes de esta que, viendo la oportunidad de obtener algún tipo de “beneficio” fácil, por calificar suavemente lo que debería ser llamado, lisa y llanamente, atentado, no se han cortado un pelo en hacerlo. Sí, porque tras examinar repetida y detenidamente las imágenes de lo sucedido y parte de las declaraciones del señor Rubiales, a las que hemos tenido acceso a través de prensa, radio y TV, todo parece estar bastante clarito: el Sr. Rubiales no miente.

Como meros observadores, ¿podemos estar en un error? Sin duda. No obstante, lo lógico en este caso hubiera sido que, una vez puesta en entredicho la honorabilidad del Presidente de la Federación de Futbol, alguien, al menos la persona contra la que, según el condenador feminismo, se ha cometido el delito, Jenni Hermoso, hubiese convocado a la prensa para aclarar cómo sucedió todo, como hizo Rubiales y pidiendo disculpas por, tal vez, haberse excedido en su comportamiento. Pero no, en lugar de esto, la supuesta “victima”, calla. ¿por qué? Algunos pensamos que. asesorada por terceras personas, aguardaba el momento oportuno para contraatacar. Como así ha sido. Aunque, no obstante, las imágenes de la realidad desmienten la actitud de Hermoso. Ahora, el Sr. Rubiales, destituido provisionalmente de su cargo, aguardará a que decida eso que todos conocemos como “Justicia”. Pero la “Justicia” en España ya sabemos: es como la imagen representativa de la Ley, tiene los ojos tapados con una venda y porta en una de sus manos una balanza. Una balanza que, de ser auténticamente justa, no debería inclinarse precipitadamente  hacia ninguno de los lados del fiel. Sin embargo, todos sabemos cómo está el patio. Y, como decía don Quijote: “Sancho, juicios tengas y los ganes…”. De modo que, amigo Rubiales, con la Iglesia has topado (en este caso con el feminismo estratégico e ideológico, cuya carga de falta de escrupulosidad tantas veces ha hecho que todos andemos de cabeza); aunque te avale con el examen de las pruebas en su poder todo el pleno de la RFEF, reza, de esta sólo puede salvarte el Cielo. Notros, por cuanto nos concierne, también lo haremos.

1 comentario

La Senda 02/09/2023 - 07:42

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