En el país de los ciegos…

by J.A. "GARAÑEDA"

No hace mucho leí un artículo de José Manuel de Prada. Se titulaba “La democracia era esto”. Un artículo de opinión en el que se recogían las claves de muchas de las cosas que suceden en nuestro país desde hace décadas. Entre otras, esas que, de vez en cuando –según expone el propio articulista– “…ha evacuado el llamado Tribunal Constitucional (…) en las que se reconoce expresamente que restringieron o anularon ilegalmente derechos y libertades fundamentales”.

Curiosamente, en estos días hemos podido comprobar con tristeza y abochornamiento, otra decisión tomada por ese mismo tribunal en relación con las resoluciones dictadas por el máximo órgano judicial de España, el Tribunal Supremo, con motivo del caso de los famosos ERES en Andalucía. Y hemos lamentado asistir una vez más al controvertido asunto de quién tiene la última palabra en cuestiones referidas a delitos contenidos en el Código Penal español. Y no sólo eso, sino que, según el artículo citado, “las sentencias del llamado Tribunal Constitucional, que simulan ser una condena de las ilegalidades perpetradas por el Gobierno, son más bien una despenalización de las mismas”.

Pues bien, en este sentido hemos de añadir que, si el propósito del articulista era llamar la atención del respetable (el taurino y el no taurino), acerca de cómo se encuentra nuestro sentido de la vista, sólo ha sido –sin mermar el mérito que le corresponde– una reafirmación más de lo que en su día afirmó con rotundidad Monseñor Albino González Menéndez-Reygada, religioso dominico asturiano, nacido el 18 de Enero de 1881, y ordenado sacerdote en 1906, en Valladolid. Becado por la Universidad de Salamanca, cursó estudios en las universidades de Roma, Berlín, Friburgo y otras, ocupando cátedras de Tenerife y Córdoba. Entre sus trabajos más importantes figura la obra titulada Catecismo Patriótico Español, en el que, entre otras cuestiones, se hallan las que hacen referencia a las que él denomina “Enemigos de España”. Una obra en la que, en clara alusión a la democracia, aclara que los peligrosos truhanes de nuestra patria son siete: liberalismo, judaísmo, masonería, capitalismo, marxsismo, separatismo y, por supuesto, la democracia.

En la parte expositiva de este tema, Monseñor Menéndez.Reygada dice textualmente: “Ningún católico ni español pueden lícitamente cooperar con estos enemigos de la Patria, pues todos en una forma o en otra han sido prohibidos por la Iglesia, y vienen a ser como los siete pecados capitales en que España había incurrido y fue preciso lavar con sangre”. Sin embargo añade que, en su opinión, esos enemigos, aunque han sido vencidos, todavía no han sido aniquilados; por lo que (continúa) “siguen actuando en la sombra, como sabandijas ponzoñosas, escondiéndose en mechinales inmundos para proseguir arrojando su baba y envenenando el ambiente atrayendo incautos entre cantos de sirena, siendo la masonería la nodriza de todo el mal que vomita”.

Finalmente, acaba con su exposición haciendo un llamamiento a todo español que se precie, para que nadie se duerma en los laureles, a fin de que no vuelva a ser infiel a Dios, ni a sí misma, ni a lo que sus mártires reclaman.

Este sencillo recordatorio, que está a disposición de cualquier lector interesado en ello, no tiene otra finalidad sino la de dar a conocer (por si acaso no tuviere noticia) las atrocidades que estamos viviendo en nuestra patria desde que la democracia se entronizó en su seno. Y para que, todo aquel que se sienta orgulloso de ser “demócrata”, o español, recapacite; pues la democracia en la que vivimos no es otra cosa que un sistema de gobierno corrupto, en el que, como en el país de los ciegos, el tuerto es el rey.

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