«OBLATUS. Jaque a la fe», nuevo libro de un tordesillano.

Nuevo libro que será presentado en breve para todo el público en Tordesillas, asistiendo el mismo autor. De lo que se avisará oportunamente.

Simón  Martínez Rubio ha completado su trilogía de Confesiones integradas en tres volúmenes. Uno “emigrantes de la posguerra”, secuela de la guerra civil española que arrancó hogares, familias y tierras en busca de mejor medio de vida. Dos, “hoces y trillos”, retrato de la nada pero con la esperanza intacta en aquellos padres y abuelos tras la contienda. Y tres “Oblatus. Jaque a la fe” presentando las luces y sombras de la religión en la vivencia personal así como la visión de futuro.

Los tres tiempos están marcados profundamente en la obra de Simón Martínez a través de su misma memoria con el pasado, el presente y el futuro incardinados junto a una personalidad decepcionada y equivocada por haber estado demasiado segura, al romperse la armonía entre fe, ciencia y sociedad.

OBLATUS grita esperanza ante la angustia existencial desarrollando su obra en  417 páginas y 30 capítulos que se leen con agrado, pero que a la vez obliga a marcar, a subrayar, a guardar, a meditar y a sentir ese propio relato histórico novelado que ha sido creado por el cacumen de Simón Martínez, un tordesillano cuya personalidad se forjó en la Orden de los Cistercienses por el monasterio de Viaceli.

Creo que en  la raíz profunda de su existencia fijada en el origen de Simón por Ceferino Martínez Gallego y María Rubio Asensio de Villanueva de Jamuz y Villamontan de la Valduerna evita el mate tras el jaque de la controversia, del desplazamiento, de la marcha, de vaivenes, del abandono, del volver a empezar,…poniendo en el mundo a una familia que tiene un símbolo existencial de acogida, desarrollado también en su inolvidable Tordesillas.

La existencia de OBLATUS, en donde se incluyen referencias a sus anteriores confesiones hechas en las obras citadas arriba, muestra desnuda su angustia existencial dura pero enriquecedora en la piedra de años desarrollada por el protagonista. Y en el corolario final se condensa en la ida hacia el espíritu puro, el punto omega donde el pensamiento garantiza el acceso a la inmortalidad como expresaba San Juan “Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto”.