Nuestras vidas no son un debate

por La Senda

A veces, hay escritos que, debido a la falta de análisis y a la aceptación de una realidad que es plural, pueden llegar a plantear, no sólo hipótesis e ideas irreales, sino planteamientos ofensivos para un sector de la población. Es este el caso del artículo publicado en la revista la SENDA, el pasado 1 de Julio, titulado, erróneamente dado su contenido: “Respeto e Inclusividad”

Por mucho que se quiera negar, la comunidad LGTBIQ+ está presente. El rechazo a sus demandas no son, ni más ni menos, que el rechazo a la normalización, a la implementación de la igualdad y al reconocimiento de una sociedad diversa desde el punto de vista de la sexualidad. Una cuestión que, durante muchos años, debido a la presión de ideas conservadoras, ha sido negada de la esfera pública, llegando, en algunas etapas, a ser penada incluso con la cárcel. Ha costado muchos años poder salir a reivindicar que la realidad es diversa y que, por lo tanto, es la norma. Para ello ha habido manifestaciones, desobediencia civil, cárcel,  mucha pedagogía y posteriormente leyes que, desde luego, no podemos permitir que sean revocadas, ni erosionadas, por discursos que, como el artículo antes citado, parecen evocar momentos pasados de la historia cuyo regreso no conviene a nadie.

Durante mucho tiempo ha habido gente que siendo considerada fuera de la norma se ha tenido que esconder, ya fuera por la imposición de las leyes o por la imposición de la moralidad existente, teniendo que aceptar roles con los que, desde luego, no se sentía cómoda. Es por ello que, fue y sigue siendo necesaria, la apertura de la sociedad hacia un modelo dónde todas y todos, independientemente de nuestra identidad, nos sintamos cómodos, garantizando que todo el mundo pueda aceptar el género con el que se siente identificado para poder desarrollar un proyecto de vida pleno. Esto es algo que no debería molestar a nadie, todo lo contrario, debería ser motivo de alegría que cualquier persona pueda ser feliz. 

Hay que tener muy claro, y quizás falta pedagogía al respecto, que una cosa es el sexo con el que se nace, que es algo biológico,  y otra cosa el género que, hasta ahora, la sociedad imponía, siendo algo cultural. Pero esto es algo que ha generado y puede generar mucho sufrimiento a las personas, porque no necesariamente el género de todos va a coincidir con el sexo. Eso es una idea preconcebida que es errónea y hay que ir rompiendo poco a poco. 

Por otra parte nos llama la atención que se cuestione el concepto de inclusión. Es decir la acción de tratar de incluir a todas las personas, sean del sexo, raza, género o identidad que sean, en la vida pública, sin que se produzca discriminación. Es evidente, que pese a que haya resistencias, en los últimos años se ha producido un avance significativo al respecto. ¿Qué buscan quienes cuestionan las acciones que nos encaminan a una sociedad más inclusiva? Esa es una pregunta sobre la que toda la sociedad deberíamos reflexionar, pero, desde luego, no buscan el avance y el bienestar de todas y todos, sino mantener un status social con discriminación y eso hay que combatirlo.

Juan Francisco Rodríguez Gómez                       Adriana Villar Hernández

Esther Castaño Rico                                             Aitor Martínez Redondo              

1 comentario

M.C.R. 13/07/2023 - 09:47

Nada más que añadir. ¡BRAVO!

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