MÁS, SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO – Una reflexión sobre la clase dominante

por J.A. "GARAÑEDA"

(fuentes: internet y otros)

Cualquiera con un mínimo interés en el tema y nociones elementales en el manejo de un ordenador puede acceder a este tipo de informaciones. Pero dado que existen otras muchas personas que carecen de la preparación necesaria, hoy les facilitaremos algunos detalles acerca de lo que se cuece en el campo de la ingeniería del clima, conocida técnicamente como GEOINGENIERÍA.

Esta práctica consiste simplemente en la modificación deliberada y a gran escala del clima terrestre. Un ejercicio que también puede llevarse a cabo con alevosía y premeditación. O lo que es igual, sin riesgo de reacción defensiva por parte del atacado.

En el caso que nos ocupa, lo que realmente interesa saber es que todo lo concerniente a esta modificación climática, o a lo que en otros momentos se ha dado en llamar “calentamiento global” viene a ser, ni más ni menos, una nueva arma para contrarrestar posibles o hipotéticas amenazas de otros países. Un arma con la que podrían provocarse efectos más o menos graves en zonas determinadas de la corteza terrestre, con intereses muy concretos y no siempre lícitos o confesables. Y, como no, un arma que, dicho sea de paso, convendría mucho desarrollar a quienes promueven la agenda 2030–2050 hasta sus últimas consecuencias. Es decir: “caiga quien caiga”; pues quienes manejan los hilos de tan perverso plan no parecen estar dispuestos a sacrificar nada a cambio de su depravación.

Según los más entendidos, la mayoría de estos experimentos deberían ser prohibidos. No sólo porque el modo en que se aplican actualmente resulta ineficaz, sino porque pueden tener, y de hecho está demostrado que los tienen (véanse los períodos de sequía que vienen produciéndose en determinados lugares del planeta, como España), efectos secundarios graves sobre la climatología. Más aún si se practican excesivamente. También porque los ejecutores de este tipo de manipulaciones son países poderosos económica y militarmente. Por lo que, de cara a los países con menos recursos y otros en vías de desarrollo, detener estos experimentos dentro de una estrategia de implementación a largo plazo resultaría prácticamente imposible.

Por otro lado, está la cuestión de los denominados calentadores atmosféricos (H.A.A.R.P). Un Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia, área de actuación en el que interviene la CIA a través de la Dirección de Ciencia y Tecnología (DS&T) cuya finalidad es recopilar y analizar tecnológicamente información en relación con todo lo relacionado con inteligencia de cualquier tipo (militar, económica, política, climática, etc.). Algo que viene preocupando y mucho a potencias como Rusia quien, a través de 90 diputados de la Duma, ha hecho un llamamiento ante la ONU y ante la comunidad científica mundial, así como ante los medios de comunicación, para que se reconsidere la conveniencia o no de estas actuaciones, tanto en el campo armamentístico como sobre el medio ambiente.

En consecuencia y según la información de que disponemos, sólo podemos añadir que, bajo el programa denominado H.A.A.R.P., se están desarrollando nuevas armas geofísicas integrales, que pueden influir en la Troposfera mediante la emisión de ondas de radio de alta frecuencia. Una situación que, según algunos, únicamente sería comparable al salto de las armas blancas a las armas de fuego, e incluso a las nucleares; convirtiendo además la Troposfera (capa con la mayor capacidad para contener vapor de agua, además de Nitrógeno, Oxígeno, Argon y Dióxido de carbono) en un campo de ensayo y acción militar, económico y manipulación humana.

Asimismo, este programa H.A.A.R.P. podrá desarrollar y utilizar armas susceptibles de destruir líneas de comunicación por radio, equipamientos instalados en satélites, naves espaciales y cohetes, oleoductos y gaseoductos, con gran impacto negativo en la salud mental de núcleos de población de regiones enteras. Motivo este por el que erradicar tales experimentos de las mentes que intentan ponerlos en marcha debería convertirse en el objetivo prioritario de todas las generaciones, pues no sólo tendrá la capacidad de influir en ellas negativamente, sino de atentar de manera integral contra la propia existencia del género humano. Ahora bien, las preguntas que deberíamos formularnos son las siguientes: ¿hasta dónde, los regímenes políticos que pretenden llevar a cabo este tipo de manipulaciones se hallan en su sano juicio? Y, ¿hasta dónde estamos dispuestos a consentir que nuestro desinterés, apatía y falta de concienciación continue dando pie a que estos gobernantes cometan tales aberraciones? ¿Acaso hemos perdido el sentido común? ¿Hacia dónde dirigimos nuestros pasos sino al abismo? Aunque, de alguna manera habrá de cumplirse la Escritura. Una evidencia más de que Dios existe, así como de que, únicamente por medio del arrepentimiento y la esperanza en Él, podremos salvarnos de la condenación eterna.

“¡Bendito sea El Señor, Dios de los ejércitos…!”

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