La Iglesia nos propone el tiempo litúrgico del adviento que son cuatro semanas antes de la gran Solemnidad de la Navidad, en la que conmemoramos la primera venida de Dios a los hombres.
Es un tiempo de esperanza y de expectación piadosa y alegre. No nos damos cuenta de la suerte que tenemos al nacer en este tiempo en los que nos separan unos pocos siglos del nacimiento de Jesús y saber lo que hizo y dijo. Si pensamos en los siglos que pasaron desde la expulsión de Adán y Eva del paraíso después que pecaron. Ya en ese momento Dios les prometió un Salvador que nos salvaría del pecado original y de todos los pecados que se cometieran a lo largo de los siglos por la humanidad de todos los tiempos. Jesús nació por amor a nosotros y para nosotros. Esto nos lleva a darle gracias y pedirle perdón por las veces que no nos hemos comportado como deberíamos.
Y volviendo a la idea de la suerte que tenemos de conocer a Jesús por el Evangelio, uno de estos días de adviento se lo hacía considerar Jesús a sus discípulos. “Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis, porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron”.
Porque efectivamente antes de la venida de Jesús todos los Patriarcas y profetas su predicación era mantener al pueblo elegido en la Esperanza y la espera en ese Salvador el Mesías. El profeta Miqueas que es del siglo VII antes de Cristo decía: “Y tu Belén tierra de Judá de ninguna manera eres la menor entre los clanes de Judá pues de tí saldrá el caudillo que apacentará a mi pueblo Israel”. Ayuda mucho a centrarnos en estos el oír villancicos nos pueden trasportar a nuestra infancia, hay uno muy popular que se titula las profecías; y empieza con esta letra: decían las profecías que cumplidas las edades en la ciudad de Belén una Virgen será madre…..Y también visitar los belenes que ponen en las ciudades y pueblos, llevar a los hijos que ellos se sienten identificados con el Niño Jesús y a veces tienen más sensibilidad que los mayores. El año pasado cuando fue a besar al Niño Jesús, un niño de muy pocos años al verlo desnudito dijo: hay que ponerle por encima una sabanita que tendrá frio, y otros le echan besos. Y el Niño Dios sonreirá al ver esos detalles infantiles y tan tiernos y se olvidará del desamor de otras personas.
S. Juan Bautista es el precursor de Jesús y en estas semanas que nos separan de la Navidad nos ayuda a irnos preparando citándonos unas palabra del profeta Isaías: ”Preparad el camino del Señor, haced rectas sus sendas”. Y eso para nosotros es quitar los obstáculos a la venida del Señor a nuestras almas y a nuestra vida; y el obstáculo que tenemos es la propia soberbia con la que tenemos que luchar siempre y nuestro propio “yo” que dicen que el amor propio muere 24 horas después de morir el individuo, por eso no hay que desanimarse cuando lo notemos porque vamos a luchar con toda la vida.
Y por ultimo le pediremos a la Virgen y a San. José que nos obtengan de Jesús todas gracias que nos trae con su Nacimiento y por nuestra parte recibirle con la mejor preparación de nuestra alma acudiendo al sacramento de la alegría que es la Penitencia.
Y como decía la presidenta de la Comunidad de Madrid el día de la inauguración del Belén. Que a pesar de todo lo que nos pasa en el mundo y la sociedad es mucho más lo bueno que tenemos. La vida es un regalo cada día, que son días de reuniones con amigos, de encuentros familiares entre generaciones, padres, hijos y abuelos. Por eso concluía que eran días de esperanza y confianza.
No nos olvidamos de pedir la Paz para todo el mundo, especialmente por esos dos países que tenemos más cercanos. Que Jesús que es príncipe de la Paz y su Madre que es reina de la Paz, nos la concedan. Feliz Navidad para todos.
Humor: el doctor pregunta al paciente ¿Está casado? Sí, señor, ¿con prole? No con Mari Carmen; le pregunto si tiene usted hijos. Ah, sí, tengo dos proles y una prola.
Un señor entra en una bodega. Deme una caja de cerveza por favor, ¿de el Águila o S. Miguel? me da igual, es para sentarme.