En  busca de la Felicidad

por Antonia Núñez Millán

Acabamos de celebrar la Resurrección  del Señor. Una fiesta muy importante  para la Iglesia Universal. Esta nos trae la alegría  y la Esperanza. Porque al igual que Jesús ha Resucitado también vamos a resucitar.

Lo  cantamos  en todas las Misas de Difuntos, que la muerte no es el final del camino sino que es el paso a la otra vida que no tiene fin porque es Eterna.

La antífona de entrada del Domingo de Resurrección decía: “En verdad ha Resucitado el Señor, a El la gloria y el poder por toda la Eternidad.”

No hay mayor alegría y además nos da mucha paz, el saber que Dios existe y que está a nuestro lado continuamente protegiéndonos y ayudándonos.

Hay un escritor y periodista francés, André Frosard, que falleció en 1995 a los 80 años. Después de su conversión escribió un libro titulado. “Dios existe yo me lo encontré”

La felicidad consiste en tomar con alegría lo que la vida nos da, y soltar con la misma alegría lo que la vida nos quita.

Por eso conocemos dos clases de alegría, una más pasajera y otra más estable. Una tiene su origen en las circunstancias que nos rodean, como es la alegría del fin de semana, el tener buena salud, en una excursión que hemos hecho en la que hemos disfrutado mucho, el no tener problemas familiares ni económicos. Todo esto es estupendo y nos proporciona alegría y felicidad; pero son poco duraderas y poco estables.

La verdadera alegría y por tanto la felicidad está en Jesús. Dios ha puesto en el corazón de cada hombre y de cada mujer el deseo de ser felices, quiere que seamos felices aquí, no solo en la otra vida. Pero nuestro corazón solo lo puede llenar Dios porque estamos hechos para amar. Por eso nos dice S. Agustín: “Nos has hecho Señor para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”

Por eso con la alegría que Jesús nos ha traído con su Resurrección nos ayuda a ser personas alegres y optimistas a pesar de que tengamos problemas y dificultades. Hace unos días en un medio de comunicación venía un artículo de un periodista de Barcelona que es reportero de guerra. Estuvo 6 meses secuestrado con otros compañeros de profesión y decía: “pensé que todos nos salvaríamos pero no fue así, porque algunos fueron decapitados”. Estos eran norteamericanos y uno de ellos era su mejor amigo. Y contaba de uno de los secuestrados: “No lo vi rezar ni una sola vez, era la maldad hecha carne, disfrutaba viendo sufrir a los demás. En cambio èl se agarró a su Fe para sobrellevar aquel cautiverio, y gracias a Dios ya está libre, se llama  Marc Marginadas”.

La fe no nos evita el sufrimiento, pero la cercanía de Dios nos ayuda a sobrellevarlo mejor.

Saludaremos a nuestra Madre invocándola como causa de nuestra alegría.

Feliz Pascua de Resurrección

Humor: Dos hermanos mejicanos le dice uno al otro. Mano, yo quiero lavar a mi gatito. No  manito que se puede morir. Pero mano que yo quiero lavar al gato. ¡Que no ¡ que se puede morir. Dos horas después: Mano, se murió el gato.¡ Ay manito ¡  te dije que no lo lavaras que se te podía morir. Pero si no ha sido al lavarlo ….ha sido al escurrirlo.     

Un hombre para un taxi en la calle: ¿Cuánto cuesta  una vuelta por la ciudad? Depende del tiempo. ¿Y si hace sol?

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