El triángulo de la tristeza

por Ivan Morales
Triangle of sadness

Triangle of Sadness (2022) –la última ganadora de la Palma de Oro en el último Festival Internacional de Cine de Cannes– es cine de autor en estado puro, todo un alarde de talento artístico cargado de un atrevimiento innovador y desbordante, mucho humor negro y referencias continuas tanto cinematográficas como literarias.  

Por una parte, es evidente el guiño cinematográfico de una parte del filme a la célebre novela “Robinson Crusoe” de Daniel Defoe, publicada por primera vez en el año 1719, así como a la extraordinaria obra del escritor británico William Golding titulada “El señor de las moscas”, libro escrito a mediados del siglo XX y que narra la experiencia en una isla desierta de unos jóvenes supervivientes de un accidente de avión cuyas conductas al principio de lo más racionales y humanas llegan a límites insospechados con el paso del tiempo.

Por otra parte, no solamente por el devenir de los acontecimientos en sus 147 minutos de metraje sino también por la temática de los mismos expuestos magistralmente de manera satírica y divertida –hay momentos en los que la combinación de las imágenes de la gente rica y de la música son simplemente fabulosos–, es imposible no acordarse de dos obras capitales de la última década como son “La gran belleza” (2013) del director italiano Paolo Sorrentino y “Parásitos” (2019) del cineasta coreano Boon Joon-ho, ambas multipremiadas por los festivales de cine más importantes del mundo.

Protagonizada en el papel del capitán Thomas Smith por el actor norteamericano Woody Harrelson –Cheers, Natural Born Killers, El escándalo de Larry Flynt, No es país para viejos, True Detective, etc.–, la cinta trata del día a día de una pareja de modelos e influencers –Carl y Yaya– que son invitados a un yate en un crucero de lujo poblado por una tripulación sumisa y millonarios ´podridos de dinero´. La trama toma un giro inesperado en el que se transforman los roles de los personajes y se invierte el equilibrio de poder hasta un final sobrecogedor.

Sin duda alguna, para los cinéfilos empedernidos como yo que aún disfrutan en las salas de cine como si estuvieran dentro un museo, otro ´regalo´ del director de origen sueco Ruben Östlund que vuelve a indagar sobre las relaciones humanas y las clases sociales –tras una filmografía notable entre la cual destaca la ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes en el año 2017 titulada The Square– con un estilo cinematográfico muy personal e ingenioso que no nos deja de sorprender.

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