La novena edición del “Valladolid Motor Vintage”, celebrada el pasado domingo 2 de octubre, convirtió la Acera de Recoletos de Valladolid en un gran museo de la automoción que congregó a miles de personas.
Según los organizares se batieron todos los records, tanto de expositores, cerca de 500, como de visitantes. Por otra parte, no es de extrañar, ya que año tras año los amantes del motor no quieren perderse una cita que une a la perfección lo más modesto con lo más selecto del vehículo clásico.
Los deportivos de alta gama, como Jaguar, Ferrari, Corvette, y los grandes clásicos como Rolls-Royce o Ford quizá fueron los que más miradas atrajeron, pero qué duda cabe que los Mini, Renault, las caravanas hippies de Volkswagen, Vespas, Vespinos, Harley Davidson y sobre todo nuestros queridos SEAT 600 son los vehículos que más nostalgia provocaron entre los asistentes.
“Los amigos de los 600 de Tordesillas”, fueron fieles al encuentro participando activamente en la concentración, intercambiando opiniones mecánicas, saludos con otros clubes y como va siendo tradicional, con el gran almuerzo campestre, envidia de muchos participantes.
En torno al “600” se unieron familiares, socios que no se veían en mucho tiempo y sobre todo nietos, que poco a poco se les va contagiando el espíritu del Club. La continuidad está garantizada y eventos como este son los que ponen los dientes largos a las nuevas generaciones que se sumergen en una mecánica y tecnología digna de elogio.
Algunos descubren con asombro que las leyendas, que creían urbanas, sobre las aventuras en el “600” fueron una realidad y les cuesta comprender el esfuerzo que suponía comprar un “pelotilla” a una familia media para llevarla a cientos de kilómetros a disfrutar de un merecido descanso.
Fue una mañana muy agradable y Tordesillas estuvo muy bien representada. En la próxima edición estoy seguro que se irán uniendo más socios a una cita que nadie quiere perderse.