Los 600 se mueven rumbo a Castronuño

por Julián Casado

El el día de ayer 30 de abril, un grupo de socios compuesto por 14 vehículos y 24 personas se desplazaron hasta Castronuño para disfrutar, en un maravilloso día primaveral, de los encantos que ofrece este pueblo a orillas del río Duero que cuenta con una importante riqueza paisajística; lugares, rincones y edificios que invitan al visitante a un paseo por la villa.

Enclavado en la reserva natural Riberas de Castronuño-Vega del Duero, el municipio cuenta entre sus atractivos con este espacio protegido. Desde el mirador que posee en La Muela puede observarse la curva que describe el Duero, considerada uno de los meandros más grandes de Europa, además de dar lugar a su beneficioso Embalse de San José.

Pero vamos a lo sustancial y hacer un breve relato del desarrollo de la «salida» o visita turística a Castronuño también conocida por «La Florida del Duero». Comenzamos como siempre saliendo del Agricentro de Tordesillas, en esta ocasión habíamos quedado a las 10:00 h y así fue, con puntualidad británica.

Encabezaba la caravana Juanma de Lozar y la cerraba Julián Casado, ambos con sus correspondientes luces de emergencia sobre el techo de los 600 y conectadas sus emisora en el canal 12 de BC,

A las 10:45 llegábamos a Castronuño y nos dirigimos hacia el embalse para detenernos a mitad del camino en un parking existente y desde allí iniciar andando un bonito recorrido por una de las sendas más atractivas de las existente y que hace la delicia de los excursionistas. Una vez finalizado el gratificante paseo en un entorno natural magnífico, el siguiente paso fue proceder al tradicional almuerzo; momento genial para disfrutar con los compañeros a los que te une una misma afición y aquí, como en otras actividades, el almuerzo se convierte en un ritual.

Una vez recogidos los restos de la escasa basura generada, nos pusimos en marcha para dirigirnos al centro urbano y aparcar nuestros coches en el Mirador de la Muela; entorno bonito desde donde se contempla un paisaje precioso con el Duero como principal protagonista.

Pasados unos minutos de contemplación, nos recibió la responsable de la oficina de turismo y lo que sigue sólo se puede explicar con imágenes, yo al menos, con mis humildes dotes de narrador, me siento desbordado e incapaz. Sólo me queda comentar que Mar Villaroel, que así se llama la responsable de turismo en Castronuño, nos deleitó con sus explicaciones sobre el origen e historia de la Iglesia de Santa María del Castillo, de estilo románico tardío (sXIII) y además, como se observa en la fotografía superior, cómodamente sentados en una especie de anfiteatro que han construido en su incomparable entorno natural de «La Muela». Pero ahí no acaba todo, ese entorno está sembrado de bodegas subterráneas, alguna de las cuales cruzaba el río Duero. Eran pasadizos que unían el castillo o fortaleza con la otra orilla del río Duero. Dicho de otra forma: formaban parte del sistema defensivo de la villa.

El tiempo transcurría agradablemente escuchando a Mar Villarroel y una vez finalizada su intervención, nos despedimos dándola las gracias y haciéndola entrega de un recuerdo del club, como muestra de agradecimiento y nuestro paso por Castronuño.

Desde allí cruzamos unos metros para asistir a la «Casa de la Ribera» lugar donde reside el centro de interpretación de Las Riberas de Castronuño-Vega del Duero. Allí nos estaba esperando la tordesillana Cristina Miranda Sigüenza, responsable de dicho centro que nos obsequió con un AUDIOVISUAL sobre el lugar.

Eran las 14:15 horas cuando salíamos de Castronuño para dirigirnos hacia Alaejos y sin parar cruzarlo para tomar la carretera que nos lleva a Castrejón de Trabancos, lugar donde finalizaba nuestra excursión. Cuando llegamos a Castrejón nos encontramos un pueblo bullicioso que estaba celebrando el día de quintos y todo el mundo estaba en la calle tomando el vermú en las terrazas, muchas de ellas improvisadas.

Para comer nos pusieron un sabroso «Arroz a la Zamorana» que estaba exquisito, regado con un buen Ribera del Duero y de postre unos pastelitos de esos «enanos» pero riquísimos, tanto es así, que alguno preguntó ¿dónde está la pastelería? a lo que respondieron…. se han traído de Valladolid.

Y después de tomar café y el chupito, dimos por finalizada la excursión a las 17:10 h y regresando a Tordesillas a través de la N-620. Finaliza aquí este relato y nos despedimos o me despido hasta la próxima salida; mientras tanto seguimos avanzando con nuestro programa del XXV Encuentro Nacional de SEAT 600, que se celebrará en Tordesillas los días 8 y 9 de julio.

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