La Cochiquera

by J.A. "GARAÑEDA"

Muchos lectores ya se habrán enterado de lo que ha ocurrido recientemente en el Parlamento Europeo. Se trata de algo que, particularmente, consideramos gravísimo, y que hace que el barco de los partidos políticos, tanto mayoritarios como de izquierda, cojan aire mientras se hunden en su propia mierda. Sí. Porque, cuando alguien impide que se pueda investigar sobre la supuesta corrupción de otro, es, sin duda, porque intenta protegerse de algo.

La cuestión es que, en el Parlamento Europeo, hace escasos días, la propuesta de VOX (formulada a través del grupo Patriotas por Europa), para celebrar un debate acerca de “las graves acusaciones de corrupción contra el gobierno de Pedro Sánchez en España”, ha sido rechazada. Y todo, gracias al apoyo de nuestro bien conocido Partido Popular. Un partido que, además de haber perdido el norte hace bastantes años, ha perdido también su dignidad, aunque no la confianza de gran numero de electores, que continúan en la brecha de cerrar los ojos y los oídos y votar en cada proceso electoral de forma fanática –al igual que el electorado socialista y de izquierdas, en general–, a quienes están contribuyendo, desde su tibieza y concupiscencia, a hacer de España una cochiquera.

Por supuesto (como habrá quien lo considere) que tienen el derecho de votar como les dé la gana. Pero un partido político que se precie y ame a su país por encima de todo, ha de ser consecuente no sólo en sus ideas, sino en sus actos y responsabilidades políticas. Cosa que, por el momento, no ha sido demostrada por los populares, ni por activa ni por pasiva. Y, lo más lastimoso es que, pese a todo, siguen siendo los segundones en esta carrera por el poder. Un poder que les embadurna y enfanga (como tan repetidamente dicen los sociatas), indudablemente. Aunque sólo sea por sus “patinazos”, cuando no por su contribución directa a los males de nuestro amado país y de sus gentes. Una postura que, desde la visión de muchos, hace que se les vea como cómplices indiscutibles de las barrabasadas del partido del gobierno, al no adoptar el auténtico papel que les corresponde como segunda fuerza política: el de oposición.

Como consecuencia de todo ello, podemos afirmar y afirmamos rotundamente que, en España, no existe oposición alguna al Gobierno. Únicamente existe complacencia. Y la gran pregunta que nos hacemos es: ¿por qué? Una cuestión que, en la gran parte de las conciencias honestas está más clara que el agua: están pringados.

De la iniciativa de VOX, no opinaremos. A pesar de que también haya sus detractores. Esos que consideran que están “infiltrados”, de manera más o menos profunda, por fuerzas del mal judeomasónico. Sin embargo, al menos intentan salvar su imagen llevando a cabo propuestas que otros ni siquiera se plantean. Pero eso es otra cuestión, que entra de lleno en la manera más o menos objetiva de contemplar las diferentes opciones políticas en una democracia que hace aguas también por todas partes. Pues, otra de las cuestiones es que, VOX, será lo que sea (el mal menor, como algunos lo denominan). Sin embargo, al menos en sus filas existen personas que intentan ser honestas y todavía poseen principios. Lo que no ocurre en otras formaciones.

¿Qué hacer entonces con esas personas que no parecen dispuestas a ser sobornadas? Lo ignoramos. Pero de lo que no nos cabe duda es de que, en algún lugar es preciso ubicarlas si es que están dispuestas a trabajar por el bien de todos. Tiempo habrá para decir ¡adiós! a los feudos, parlamentarios, cuando todo esté empocilgado y en cada rincón del país, así como en el alma de cada español ya todo nos dé igual. Hasta entonces, que Dios bendiga a España y a aquellos con sana intención. Que el diablo bien se encargará de los suyos, como estamos viendo. Hoy, lo cierto es que el PP ha desperdiciado (no sabemos si por algún motivo razonable o inconfesable) una gran oportunidad para demostrar hasta dónde está dispuesto a hacer para demostrar su nivel de honestidad política, personal y de grupo. Por el momento, sólo contribuye a acrecentar nuestras dudas, así como a reafirmar las de aquellos que abandonaron sus filas hace años.

Mientras tanto, Sánchez sigue manteniendo abierta su sonrisa y apoyando a ese gran contingente humano que es la mujer. No a la mujer femenina. Un campo cada vez más abonado para quienes, con falaces discursos, atraen hacia sí las miradas de la ignorancia, pero también del oportunismo sin escrúpulos.

Leave a Comment

*Al utilizar este formulario, usted acepta el almacenamiento y manejo de sus datos por parte de este sitio web.

Artículos Relacionados

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Aceptar Leer más