La lectura en clase de la tercera novela del escritor vallisoletano Miguel Delibes, “El Camino”, ha supuesto para los alumnos de 6º de Primaria la consecución de dos objetivos: en primer lugar, el cumplimiento de la obligatoriedad de la lectura diaria en nuestras aulas siguiendo las indicaciones de la Junta de Castilla y León en materia de Educación; y en segundo lugar, la mejora del desarrollo lingüístico de nuestro alumnado – aunque el hábito lector va más allá de la dimensión del lenguaje – a través de una de las figuras más importantes de la Literatura Española y, por ende, de la Literatura Universal.
La historia del libro en cuestión gira entorno a la vida de sus protagonistas, Daniel el Mochuelo, un niño con ´ojos de búho´ que está a punto de abandonar el pueblo para vivir y ´progresar´ en la ciudad, y los amigos con los que hace travesuras a lo largo y ancho del valle, Roque el Moñigo y Germán el Tiñoso. En la novela también aparecen otra serie de personajes relacionados con la vida rural de una época pretérita con los que, de alguna manera, el autor trata de simbolizar distintas maneras de pensar y de actuar en un poderoso ejercicio de crítica de costumbres.
La naturaleza, la muerte, el amor y la amistad están presentes en la obra de muy diversas formas; a través de los animales conocen el origen de la vida; con la muerte de algunos de los personajes Daniel descubre “la perennidad de la infancia”; el amor platónico a través de la Mica, la hija del Indiano, y de la figura de la Mariuca-uca; y el poder de la amistad a través de la indestructible unión de los tres hasta el trágico suceso al final de la obra.
Vuelvo a reiterar la importancia del hábito lector en niños y jóvenes no solamente en el ámbito lingüístico sino en el ámbito cognitivo y emocional, y señalo tanto a nosotros, los agentes educativos, para la consecución de tal fin como a las familias y al resto de componentes de una sociedad sedienta de valores.
Miguel Delibes Setién nació en Valladolid en 1920. Fue novelista y miembro de la RAE desde 1975 hasta su muerte, ocupando la silla “E”. Licenciado en Comercio, comenzó su carrera como columnista y posteriormente como periodista en El Norte de Castilla, diario que llegó a dirigir para dedicarse enteramente a la novela. Gran conocedor de la fauna y flora de su entorno geográfico, apasionado de la caza y del mundo rural, supo plasmar en sus obras todo lo relativo a Castilla y a la caza. Se trata de una de las primeras figuras de la literatura española posterior a la Guerra Civil, por lo cual fue reconocido con multitud de galardones; pero su influencia va aún más allá, ya que varias de sus obras han sido adaptadas al teatro como es el caso de Cinco horas con Mario, o se han llevado al cine como Los Santos Inocentes, ésta premiada en el Festival de Cannes. La muerte de su mujer en 1974 le marcó profundamente y en 1998 padeció un cáncer de colon del que nunca llegó a recuperarse completamente.
