Acompañar a Jesús en sus 40 días

by Antonia Núñez Millán

Para  acabar con Él  en  la Pascua

En el  discurso de Cuaresma de este año el Papa nos decía que nuestra vida es un constante peregrinaje comparando este tiempo de los 40 días de Jesús con los 40 años que pasaron los israelitas en el desierto, con la esperanza de la tierra prometida.

Pero nosotros no esperamos una tierra que mana leche y miel, somos peregrinos hacia la vida Eterna.              

Cada año se nos recuerda este tiempo que es de conversión, para recomponer aquellas cosas que se hayan ido desajustando en nuestra vida y nos hayamos alejado un poco o un mucho de Dios, que en definitiva es lo que importa.

Porque la Oración, el ayuno y la limosna que la Iglesia nos propone para este tiempo, se trata no de cumplirlas sin más, o porque nos vean y quedar bien sino para que por medio de esas cosas nuestro corazón se vacíe de nuestro “yo” y quede más espacio para escuchar a Dios que nos quiere hablar continuamente en nuestro interior.

Nos dice Jesús en el Evangelio, que si cualquiera de estas tres coas las hacemos las hacemos para ser vistos de los demás  ya hemos recibido nuestra recompensa. Como es un poco largo el capitulo pongo la cita para que la lea el que quiera (San Mateo 6:16-18

En estos días debemos considerar lo que a Jesús el supuso el conseguir nuestra salvación para que pudiéramos ir al Cielo.

Las ofensas se miden por la dignidad del ofendido, y por eso la reparación de esta ofensa que nuestros primeros padres cometieron con Dios, se hacía necesario que fuera otra persona que fuera Dios para repararla.

Pero Dios no nos abandonó a nuestra propia suerte. Nos lo dice San Pablo en la Epístola a los Romanos. “Donde abundó el pecado, sobreabundó la Gracia….( Romanos 5:20-21)

Dice el refrán: Es de bien nacidos ser agradecidos. Lo podemos aplicar al trato con Jesús.  Si una persona nos dona un órgano, le estamos agradecidos toda la vida porque nos ha alargado la vida unos cuantos años. Pues cuanto más a Jesús que nos ha dado su vida entera, y no para darnos unos cuantos años más sino la vida Eterna.

No pensemos que por ser Dios no necesita de nuestro cariño y nuestro agradecimiento, no olvidemos que es también perfecto hombre. Y como el amor a nosotros es tan grande, que al no verse correspondido, su   dolor también es muy grade.  

Se lo comunicó Jesús mismo a una joven  que yendo de viaje a Canadá en un trasatlántico para una función de teatro. Jesús comienza a hablarle en “directo” con locuciones interiores, y le pide que lo trascriba para publicarlo en un libro y le da incluso el titulo (El y yo) . A través de esas “palabras interiores” percibidas por ella  como viniendo de Cristo que no implican apariciones ni audición externa, el Señor le va enseñando como vivir en intimidad con El en medio en medio de las ocupaciones de la vida normal y de sus trabajos como actriz. Ella se llama Gabrielle, es francesa y también le pregunta y le dice cosas.

Un día le dijo a Jesús “No comprendo como puedes amar tanto a unas pobres criaturas “

y Jesús le respondió con otra pregunta “¿ Puedes tu conocer el corazón de un Dios”?

Lo que le duele es no ser querido. Porque a veces respondemos con el olvido, la indiferencia y la frialdad. Y dice la sabiduría popular que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio.

Jesús no espera grandes cosas de nosotros porque sabe de qué barro estamos hechos.

Pero aunque sean pequeñas cosas  pero que a nosotros nos puede suponer esfuerzo y vencimiento, y eso es lo meritorio y el que lo hagamos por agradar a Dios y desagraviar a Jesús para unirnos a su sacrificio.

En esta hora de la técnica, una cosa que nos puede suponer un vencimiento es no estar tan pendiente del móvil limitando las consultas. Si somos muy adictas a alguna novela o programa de la tele, prescindir algún día de ello y dedicar ese tiempo a rezar el rosario a la Virgen, o alguna otra practica piadosa como ir a la Parroquia a rezar el Viacrucis que en este tiempo se reza en la mayoría de las iglesias.  

Y  con respecto a la comida podemos evitar el picar entre horas, evitar el capricho.

Todo son cosas pequeñas y que no nos perjudica la salud, el cuidar el no comer carne los viernes de Cuaresma, y el Señor nos sonríe por el esfuerzo que ponemos por agradarle y aliviar un poco su Cruz, aceptar lo que nos venga cada día bueno o menos bueno, ya sean dolores físicos o morales llevarlos con buen humor, n amargando la vida al resto de la familia.

Y siguiendo a Jesús junto a su Madre le pedimos su ayuda para que vayamos a buscar la alegría del perdón mediante la Confesión que nos está esperando con los brazos abiertos como al hijo Prodigo

Y con esa alegría celebraremos  junto con María la alegría de la Resurrección de su Hijo.

 ¡¡Feliz Pascua de Resurrección!!

Humor: Después de un dio de pesca, creo que he pescado un lumbago¡ Qué bien lo pondremos en salsa!

Un hombre en la terraza de un bar ¿Que va a tomar señor? El sol. ¡Pero tiene que pedir algo! Bueno pues… deme un cigarro

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