«Long ago, when things began, God made our world. He made the Sun to light the day. He made the Moon and the stars for the night. He made the Sky and land and sea. {…} A long time passed. People were born. They had children. They died. And all the time things were going from bad to worse in God’s world » Genesis, The Old Testament
Para el escritor Richard Kapucinski, «el colonialismo reina en África desde la conferencia de Berlín (1883 – 1885), en la cual varios países europeos (Inglaterra y Francia en primer lugar, pero también Bélgica, Alemania y Portugal) se repartieron todo el continente hasta la época en que África se independiza en la segunda mitad del siglo XX. Pero, en realidad, la penetración colonial había empezado mucho antes, ya en el siglo X, y floreció a lo largo de los siguientes quinientos años. El comercio de esclavos africanos -casi 300 años- fue la fase más brutal y abyecta de aquella conquista. Trescientos años de batidas, redadas, persecuciones y emboscadas organizadas por los blancos, a menudo con ayuda de compinches africanos y árabes. En condiciones infrahumanas, hacinados en las bodegas de los barcos, millones de africanos fueron transportados al otro lado del Atlántico para que allí, con el sudor de sus frentes, construyeran la riqueza y el poderío del Nuevo Mundo. Perseguida e indefensa, África fue saqueada de sus gentes, arruinada y destruida. Quedaron despobladas vastas exteriores del continente y yermos de maleza cubrieron soleadas regiones de vegetación floreciente. Pero la huella más dolorosa y duradera la ha dejado aquella época en la memoria y la conciencia de los africanos: siglos de desprecio, humillación y sufrimiento han creado en ellos un complejo de inferioridad y un sentimiento de daño moral jamás reparado que anida en lo profundo de sus corazones.
El colonialismo vive su apogeo en el momento en que estalla la Segunda Guerra Mundial. {…} La diferencia racial, del color de la piel, constituye el tema central, la esencia y el meollo de las relaciones entre africanos y europeos; es la principal forma que estas relaciones adoptan en la época colonial. Vínculos, dependencias, conflictos, todo se traduce al lenguaje de las nociones blanco/negro, dentro del cual, evidentemente, el blanco es mejor, superior y más fuerte que el negro. El blanco, que se ha convertido en sir, master, bwana kubwa, es el incuestionable amo y señor, enviado por Dios para gobernar a los negros. Se ha inculcado al africano que el blanco es intocable e invencible, y que todos los blancos constituyen una fuerza compacta y maciza. Se trataba de una ideología que apoyaba el sistema de la dominación colonial, una ideología que reafirmaba la convicción de que todo intento de cuestionarlo y oponerse a él no tenía ningún sentido.»
El comienzo de este viaje transformador con los agustinos recoletos promete ser una experiencia reveladora. Ubicada en el corazón del África Occidental, Sierra Leona es un faro de vibración cultural, socio-religiosa y política, que sufrió durante 11 años la devastadora Guerra Civil, tragedia que causó la prácticamente destrucción del país, la forzosa emigración de millones de refugiados y la matanza de más de 50.000 personas a espaldas del mal llamado ‘Tercer Mundo’. Para más inri, fue asolada años más tarde por el terrible virus del ébola.
Nuestra primera misión ha comenzado en Kamalo, una plataforma crucial para conectar ‘al mismo nivel’ y de forma bidireccional con las comunidades a las que servimos, inmersas en ricas tradiciones y costumbres ancestrales. Con nuestra acción solidaria, pretendemos que las gentes del lugar -pequeños y grandes- se involucren en el proyecto de Arcores, permitiendo forjar lazos duraderos dentro de un diálogo basado en la comprensión y el respeto mutuo, así como contribuir significativamente en los proyectos de desarrollo. En pocas palabras, un inicio de voluntariado cargado de inspiración, dejando que esta aventura se desarrolle con el corazón y la mente abierta.
Kamalo, Sierra Leona
1 comentario
Gracias por mostrar el rostro de este pueblo y parte de su historia, han sido siglos de mucha desigualdad como dices, entre negros y blancos; ya es hora de cambiar y creer que somos iguales en humanidad.