Visitar el Reino Unido no significa únicamente explorar su impresionante capital, Londres —un destino obligado—, sino descubrir la amplia oferta de lugares emblemáticos tanto dentro como fuera de Inglaterra. Sitios como Oxford, en el valle del Támesis (Inglaterra); su elegante “hermana” Cambridge, en el condado de East Anglia; la antigua villa romana de Bath, en Wessex; o la fascinante ciudad de Edimburgo, en Escocia, son algunos ejemplos de rincones con ese inconfundible “aroma british”. Lugares donde la llama de la cultura anglosajona, mezcla de tradición, historia y modernidad, sigue brillando con el paso del tiempo. Otro ejemplo de esta riqueza es el norte de Gales.
Situado en la costa oeste de la isla, Gales es un país de paisajes variados y grandes bellezas naturales que atrae no solo a veraneantes británicos, sino también a turistas curiosos en busca de algo diferente. Caminar por sus frondosos bosques, disfrutar de sus incomparables atardeceres o visitar algunos de sus impresionantes castillos son actividades ideales para empaparse de una cultura británica enriquecida con raíces celtas.
El idioma galés es una de sus principales señas de identidad. El bilingüismo está presente en señales de tráfico, topónimos y hasta en los carteles de muchas tabernas repartidas por el país. Además, un rosario de castillos evoca los años turbulentos en los que Gales representaba una constante amenaza para la Corona británica. Hasta la firma del decreto de unificación a mediados del siglo XVI, el norte y el sur del país fueron escenario de feroces batallas entre príncipes galeses y monarcas anglonormandos decididos a imponer la soberanía inglesa. Hoy en día, la paz reina entre los vestigios de ese pasado bélico, cargado de romanticismo, como lo demuestra el castillo de Conwy.
Lo que distingue a Conwy de otras localidades medievales son sus murallas, magníficamente conservadas. Pero su principal atractivo es su castillo, un verdadero tesoro del patrimonio arquitectónico. Estas antiguas fortificaciones de piedra y madera se transformaron en mansiones solariegas cuando la seguridad dejó de ser prioritaria al final de la Edad Media. Actualmente, el castillo de Conwy merece una visita, con un atractivo especial: la posibilidad de disfrutar de un escape room que hará las delicias de los más aventureros.
Si lo que buscas es naturaleza y tranquilidad, la región de Snowdonia es ideal. Ofrece rutas bien señalizadas que atraviesan frondosos valles, bordean lagos de montaña, páramos y estuarios. Sin duda, una opción edificante y saludable para explorar el rico patrimonio natural de esta bella región del Reino Unido.
Por último, no se puede olvidar la gastronomía local. Las ricas cervezas lager o stout en tabernas emblemáticas como el Albion; el delicioso y completo English breakfast en los coffee bars de la zona; el clásico fish and chips —pescado frito con patatas fritas— o los pies de hojaldre rellenos de carne son algunas de las opciones que deleitarán al hambriento mochilero.
Todo ello, claro está, debe saborearse con un ingrediente imprescindible: buena compañía.