El pasado 2 de noviembre de 2016 entró en vigor un bando municipal que anunciaba el cierre al tráfico rodado como consecuencia de unas obras imprescindibles que debían afrontarse para evitar el deterioro y la posible pérdida por destrucción del famoso, histórico y cantado Puente Mayor de Tordesillas.
La situación de perjuicio causada por una fuga de agua en su alma y la vejez de los años así como el tráfico pesado y ligero rodado que estuvo atravesando día y noche ha llegado hasta un extremo que el Ayuntamiento ha debido tomar cartas en el asunto para arreglar la ya dramática situación, al descubrirse en las catas realizadas algo así como un terrible cáncer en su estructura a un enfermo que ya casi no tiene remedio.



Cercano a” la puente viexa” de la que habla la tradición oral e incluso la escrita, río abajo como a medio kilómetro del actual, el Puente Mayor de Tordesillas tiene historia, solera y servicio para personas, caballerías, carros, carretas, coches, tractores y camiones.
Por empezar las cosas y difundir su conocimiento entre los tordesillanos que deben conocer estos hechos, vamos a hacerlo como se leen los libros antiguos y nos enseña la paleografía, de ahora hacia atrás, de lo cercano a lo lejano, más que nada para que la vista se acomode a las grafías de escritos antiguos y puedan ser interpretados en su justa medida.
REFORMA DE 1957:
El Ingeniero provincial de Obras Públicas Manuel Suárez Sinova presenta el día 5 de marzo de 1955 una propuesta para construir un nuevo puente que enlace la carretera de Madrid a la Coruña. Protestas de vecinos distinguidos y poderosos hacen que el nuevo puente sea descartado y en su lugar se adopte el ensanchamiento del actual. La reforma empieza en 1957 siendo alcalde Mariano de Paz. Pero la obra derribó los pretiles de piedra en un atentado patrimonial de primer orden. Todos callaron, todos otorgaron. Así se amplió la anchura de la vía y se colocaron barandillas metálicas. Ellos mismos lo calificaron de “mal menor” aunque “no dejamos de sentir la pérdida de su estructura medieval, al despojársele de su balaustrada de piedra, habiendo sustituido esta por una de hierro… colocada en sus voladas aceras”.

HUNDIMIENTO, 22 DE DICIEMBRE DE 1927:
La parte izquierda del primer ojo o arco en aproximadamente 30 metros se viene abajo, se desploma y se corta totalmente el paso en la madrugada del día 22, ahora el día de la lotería. Un camión de Félix Zarzuelo cargado de harina, queda al borde del precipicio y salen el conductor y él mismo ilesos. De Félix decía su familia que se salvó aquí y luego lo mataría una vaca durante las fiestas de la Peña. A las pocas horas un anónimo compone una coplilla que se canta una y otra vez en Tordesillas: “El puente de Tordesillas hermosa joya de antigüedad, se ha venido a hundir, próximas pascuas de Navidad. Vente, niña al palacio, verás el río cómo ha crecido, asómate a la verja y verás el ojo del puente hundido”… Y aunque, menos mal que por la carretera se puede pasar, ya se ven los autos subir y bajar y pasar corriendo con velocidad… Ese día en que el puente se hundió a los hombres oímos decir: Los romanos hicieron el puente, tan bonito y fuerte, se ha venido a hundir”.
VOLADURA DEL PUENTE: 28 DE OCTUBRE DE 1812:
Los puentes como vías de comunicación y vado de ríos, son obras más que necesarias, imprescindibles. Así el capitán inglés Guingret y un grupo de sesenta hombres entre soldados, oficiales y suboficiales, de noche, vuelan el séptimo arco para así evitar que el general francés Marmont pueda hostigar a las tropas inglesas de Wellington situadas en la Vega. Este desastre durará unos treinta años, pues aunque fue acondicionado por los franceses pocos días después, el estado de ruina persistía en 1827, fecha en que el Ayuntamiento recibe una Real Orden para que proceda a reparar la cortadura del Puente Mayor de esta Villa con un presupuesto de ochenta a cien mil reales.
GRAN RUINA POR CRECIDA DEL DUERO el 5,6 y 7 DE DICIEMBRE DE 1739:
“Con la grande avenida de aguas y crecidas que sobrevino en el río Duero, padeció considerable quiebra el puente mayor de esta villa, así en las cepas, de sus pontones, arcos manguardia y calzada, de que se podrá originar una gran ruina” Importan los reparos 72.850 maravedís

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GRAN RUINA POR CRECIDA DEL DUERO DE 5 DE FEBRERO DE 1636
El río Duero ha venido con tan furiosa creciente que ha destruido y llevado en la puente mayor todos los antepechos y socaras y las cepas y había socavado dos pontones en lo más fuerte del río y lo demás que resta está tan mal tratado y con tan gran sentimiento que se corre el riesgo de cualquier avenida por pequeña que sea, por ser un río muy caudaloso, y la puente muy necesaria para toda Castilla la vieja y la nueva.
REPARO NECESARIO DE 1514:
El Concejo conoce que es precisa una urgente reparación del puente y como es lógico en el reparto de pagos de la obra, una vez afrontada, pasan al Real Monasterio la parte que debe abonar a lo que se niega. Tras el recurso del Ayuntamiento ante el Consejo de Castilla, la carta ejecutoria que envía el rey a la abadesa es imperativa:
.»Porque soy informado que la puente tiene mucha necesidad de reparar y que si agora no se repara, en ella tanto daño que no se pueda fazer con mucha quantía de maravedís y como quiera que vosotras erais obligadas a reparar la dicha puente, yo el rey he mando fazer cierto repartimiento para reparar la dicha puente pues llevais el dicho portazgo y vuestras carretas passan constantemente por la dicha puente… Y lo que vos toca pagar este presente año y el año venidero de mill e quinientos quinze que importa mil maravedis por ende que yo vos encargo que sin poner en ello excusa ni dilacion alguna, paguéis los dichos maravedís». (Rey Fernando, viudo de Isabel. Carta ejecutoria de 1515 ante el recurso al Supremo Consejo de Castilla del Real Monasterio).

OBRA DEL CASTILLETE DEL PUENTE DE 1355:
“El concejo de esta Villa pasa dar a Alfonso Fernández, herrero, cincuenta maravedís por la pegadura que hizo para las puertas del puente”. Se refiere a la barbacana del Puente de Tordesillas, una torre colocada en el mismo centro con puertas para permitir o cerrar el paso. Ello queda establecido a partir de 1363 cuando Don Pedro de Castilla en el documento de la Fundación del Monasterio de Santa Clara incluye el privilegio de portazgo sobre el puente. Ello supone que los derechos arancelarios y beneficios subsiguientes recaerán con exclusividad en el Monasterio y no en el Concejo.

PRIMEROS DOCUMENTOS DEL PUENTE, EL 13 DE ENERO DE 1222:
Los primeros indicios documentales que hablan de la existencia del Puente de Tordesillas vienen con ocasión de un litigio habido entre el Concejo de la Villa y el Monasterio de la Santa Espina, por unos terrenos que el convento tiene en el pago de Auslúa (Osluga).
Que hable el papel: “Que como contienda fuese entre no Donm Pedro, abad de la Espina e nuestro convento de la una parte e nos el concejo de Oter de Siellas de la otra parte, por demandas que demandábamos unos a otros… desde los pilares de la puente vieja una lanzadura de piedra ayuso por el río Duero fasta cerca de las sudrias que están cabo el camino ayusso que va a Torreziella”…
El puente de Tordesillas, diez ojos que miran y han visto el devenir del tiempo de la vida en el día a día de los últimos setecientos ochenta y dos años. Una población que merece ser atendida por el Ministerio de Fomento, la Confederación Hidrográfica, La Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento, en una obra pública completa, necesaria, precisa, imprescindible, que ha servido a todo el mundo como paso único de norte a sur hasta la llegada de las modernas autovías y que ahora se ve relegado a morir por abandono tras un despiadado desarrollismo económico de una época que truncó su medieval fisonomía de manera brutal.

EL PUENTE EN 2022.
Y llegamos a nuestros días en que la intervención decidida, al fin, por el Ministerio de Fomento seis años después de su comienzo, completó el arreglo en la cimentación de los pilares del puente, su limpieza, adecuación e instalación de un mirador, firma de la horrible decisión técnica que retiró el que se conocía como la Vaquera de abajo, rompiendo además uno de los rodeznos del molino que allí permanece. No contentos con la decisión taponan los tres últimos ojos del puente, desviándose la corriente del agua por distinto lugar al que lo hacía, convirtiendo esa zona al lado del molino de “Chinvi” en un secarral y acabando con el trampón del agua con lo que el cauce discurre ahora por otro sitio.
La obra que aún no ha sido recibida por el Ayuntamiento tordesillano es una prueba más de la falta de rigurosidad y competencia en estos menesteres y el aplazamiento sine die de obras públicas que se decidieron a completar en seis meses y ya son seis años quienes marcan el cómputo de esta hazaña.
Hoy como la mudanza en criterios de actuación y cambios son evidentes, el tráfico ya está abierto hasta que los sesudos técnicos den con la fórmula de la mejor e idónea intervención.
Y ahí andamos. Como se ve con el viejo puente de Tordesillas, atascado por detritus en el primero de sus ojos y capado el discurrir del agua en los tres últimos, siente como si las barbas de plata del Duero que cantó Gerardo Diego estuvieran afeitadas, rasuradas, peladas para que no puedan oírse ya ni las palabras de los enamorados.

1 comentario
Muyw buen artículo Jesús