Las pensiones han subido, y muchos se habrán puesto muy contentos. Probablemente piensan que, como dice el gobierno, así podrán hacer frente a la evolución del IPC. Sin embargo, todo forma parte de esa maniobra que siempre hacen los políticos socialistas (que se las saben todas), para, amarrar esos votos que tanto necesitan de cara a las próximas elecciones generales.

Para empezar, aclaremos que el IPC interanual (en relación a los 12 meses) fue de un 5,7 %. Los alimentos y bebidas NO alcohólicas subieron un 15,7 %. Las bebidas alcohólicas y el tabaco, un 7,2 %. El vestido y el calzado, un 1,8 % . La medicina, un 1 %. El transporte, un 3,3 %. El ocio y la cultura, un 3,8 %. La enseñanza, un 1,4 %. Hoteles, cafés y restaurantes, un 7,8 %. De modo que, si calculamos la media anual, sólo con los valores que aquí presentamos, obtendremos un valor de 5,2 puntos al alza en la cesta de la compra.

Ahora bien, si a esto agregamos el gasto público que supone, a los españoles que trabajan y cotizan, mantener subvencionado un total de más 59.000 personas dependientes (es decir: con derecho a cobrar alguna ayuda), y que en España existe casi un millón y medio de personas (1.500.000) que pueden solicitar una prestación por las buenas o ya la reciben por las buenas, deberíamos pensar si ese dinero cae directamente de algún resorte invisible que hay en el cielo, o sale también de nuestro trabajo.

Pero esto no es todo. Ustedes se preguntarán cuántas personas reciben algún tipo de ayuda económica en España. La consulta de diferentes fuentes me ha llevado a conocer el siguiente dato: TRECE MILLONES Y MEDIO de personas (13.500.000) reciben dinero público (de todos), lo que en relación con el total de la población española supone casi un 29 %. Parece escandaloso, ¿verdad?. Pues agárrese si esta cifra la comparamos con el número de españoles que poseen un puesto de trabajo y que supone un total del 74,8 %, lo que equivale a decir que, de cada cuatro personas con trabajo, hay tres que viven del “cuento”.

Aun así, tras un panorama tan desolador, ¿habrá personas que se muestren satisfechas, e incluso contentas por la política que está haciendo el gobierno socialista en España? Es cierto que han subido las pensiones en un 8,5 %. Lo que equivale a decir que, una persona con un sueldo mensual de mil euros (1000,00), cobrará ahora MIL OCHENTA Y CINCO euros (1.085,00) cada mes. Una cifra suficientemente sustanciosa (según Sánchez y sus acólitos) para que puedan superar la pérdida de poder adquisitivo durante el ejercicio anterior 2022. Para reírse, ¿no?
Pero no crea, querido lector; muchos, absolutamente muchos, considerarán (no sé en razón de qué) que este es un gobierno solidario y de progreso. Y es que, el fanatismo y la falta de conocimiento funcionan así. Y el gobierno lo sabe de sobra. Y ahora, piensen, queridos fanáticos e ignorantes:

Si en 2022 teníamos una subvención por litro de carburante de VEINTE céntimos (20 cts.), y desde el 31 de diciembre del pasado año esa subvención ya no existe, ¿qué porcentaje ha subido el litro de carburante? No se molesten en calcularlo; por un depósito de 60 litros de gasóleo A, a 1,67 Eur. litro, hemos pasado de pagar 88 Eur. (con descuento), a pagar 100,20 Eur.; o sea, 20 céntimos más por litro, más otros 20 céntimos que no recuperamos en nuestro repostaje. Ahora, calcule usted lo que le supone hacer 1000 kilómetros al mes al precio actual del carburante si no es profesional del automóvil o del transporte. Creo que lo de su pensión va a resultar más un engaño que un favor. Y todo ello, sin tener en cuenta el aumento del gas, la luz, y otras muchas cosas, aun habiendo rebajado el IVA, que, no lo olvide usted, querido consumidor, es TEMPORAL. Después vendrá el tío Paco con la rebaja. Y, otra vez, a pagar los cascos rotos de tanto mamón.

No lo olvide cuando tenga que elegir quién ha de representarlo en la Cámara, ese lugar donde todo se compra, se vende, se cambia…, sin tener en cuenta ni su persona, ni su condición, ni su voto, ni su color de piel, ni su poder adquisitivo, ni si es pobre o rico (bueno, no, si es rico sí cuenta), piense detenidamente lo que ha de hacer, o no hacer. O quizá consuélese pensando qué buenos son, que no suben la pensión. Otros, tal vez piensen que todo dependerá de cuán ricos sean. Ja. Ja, ja.