Nuestra sociedad es diversa, a múltiples niveles, es por ello complicado poder abordar políticas públicas que incluyan a todos, pero el que sea complicado no quiere decir que no sea necesario y una obligación que debemos exigir a nuestros cargos electos.
Este es, probablemente, el caso de los espacios de ocio como son los parques infantiles, que durante mucho tiempo se han construido sin tener en cuenta la variedad de características de los niños y niñas. Pero la realidad es que para que ese disfrute llegue a todos ellos, independientemente de su situación, es necesario adaptarlos. Se trata del mismo principio que el de la accesibilidad dónde, para que personas con dificultades de movilidad puedan acceder a los mismos lugares que el resto, se eliminan barreras arquitectónicas. El ejemplo más claro es el de sustituir, o añadir, rampas en lugar de escaleras. Es decir, se trata de hacer el espacio público (el espacio que usa todo el mundo) más amable, más inclusivo.

Me sorprende que esto, que parece de sentido común, haya podido ser cuestionado y ser fruto de debate. Quizás el gran problema ha sido la forma en la que el equipo de gobierno lo ha gestionado. Primero retirando el único columpio adaptado que había en el municipio, después argumentando como justificación que se hacía mal uso de él (como si el resto de columpios siempre se usaran adecuadamente) y posteriormente instalándolo en el Colegio Pedro I.

Todos estamos de acuerdo en que es acertado que los centros educativos sean lo más inclusivos posible, no obstante, muchos de los que ahora solicitamos que haya parques con columpios adaptados nos manifestamos con el objetivo de que el aula sustitutiva del CEIP Pedro I tuviera servicio de enfermería (tal y como dice la norma aprobada por las Cortes de Castilla y León, que la propia Junta, estaba incumpliendo). Es por ello motivo de felicitación la instalación del equipamiento en cuestión. El problema no es ese, sino que esto genera que los usuarios de este servicio vean muy limitado su tiempo de disfrute, pues el colegio no está siempre abierto.

No cabe la menor duda que la decisión del equipo de gobierno al trasladar el columpio adaptado ha sido bienintencionada, pero se debería haber instalado uno nuevo en algún parque público. No hubiera supuesto gran trastoque financiero para las arcas del municipio ya que están perfectamente saneadas, o ese es el discurso del equipo de gobierno, y normalmente hay ayudas de diputación para este tipo de instalaciones, gracias a que en su momento el grupo provincial de IU-Equo (Toma la Palabra) luchó para que se incluyeran partidas destinadas a ello en los presupuestos.

Es por todo ello que, desde estas líneas solicito al equipo de gobierno que se plantee la instalación, ya no sólo de columpios, sino de todas aquellas infraestructuras que permitan a todo el mundo, independientemente de sus condiciones, disfrutar del espacio público.
Juan Francisco Rodríguez Gómez