El 2023 es un año dónde, si las tordesillanas y tordesillanos quieren, muchas cosas pueden cambiar. Desde luego en Izquierda Unida nos hemos puesto deberes para conseguirlo. Se trata de un año electoral y, por lo tanto, año de analizar los problemas de nuestro municipio y tratar de configurar un proyecto con el que dar soluciones.

Tordesillas es un municipio con muchas fortalezas, pero a menudo podemos tener la sensación de que no se potencian lo suficiente. Nuestra situación como nudo de comunicaciones nos convierte en un lugar atractivo para la inserción de empresas, pero desgraciadamente debido a la excesiva cantidad de suelo industrial vacío en Castilla y León (la planificación industrial en nuestro país nunca ha sido una prioridad) y la poca implicación de la Junta al respecto la atracción de empresas se convierte prácticamente en una “Odisea”. Además, a menudo, el Ayuntamiento olvida que el crecimiento económico también se puede generar internamente, pero muchas veces los vecinos y vecinas que quieren abrir un negocio chocan con auténticas “losas” en materia normativa que probablemente en coyunturas pasadas fueran necesarias pero que ahora se deberían cambiar. Esta ausencia de tejido empresarial convierte al sector servicios en la principal fuente de trabajo (hace tiempo lo compartía con el sector de la construcción, pero la crisis de 2008 modificó esa situación y los diferentes equipos de gobierno, muy influidos por otras administraciones, han sido incapaces de introducir cambios al respecto), por ello resulta sorprendente el estado en el que se encuentra el Casco Histórico de nuestro municipio, uno de nuestros principales recursos turísticos, y por ello, fuente de atracción de turistas que van a consumir en tiendas y locales de hostelería. Se podría decir que en 10 años el centro de nuestro pueblo ha tenido una importante degradación estética. Al reclamo histórico del Hospital de Mater Dei (cada vez más degradado sin que desde los últimos equipos de gobierno se intente abordar su adquisición para reformarlo y ponerlo al servicio municipal) por parte de vecinas y vecinos se ha unido la estructura metálica que consolida el Palacio de los Alderete, que genera un gran impacto en quienes deciden venir a visitar nuestro pueblo.

En otro orden de cosas entendemos que es de vital importancia atender el malestar que se ha generado en la última legislatura ante las carencias de diferentes servicios públicos dónde se ha hecho palpable la falta de personal y de recursos, los cuales aunque dependen directamente del Ayuntamiento su gestión está externalizada, quedando claro que, desde luego, la privatización no es sinónimo de buena gestión. Estamos hablando servicios asistenciales, de recogida de basuras, de jardinería o de la gestión del agua, la cual, y a pesar de que el alcalde realizó titulares al respecto, sigue siendo objeto de una gran opacidad. A esto también se une la necesidad, cada vez mayor, de reformar y ampliar nuestro Centro de Salud, algo demandado por todas las personas usuarias, ante lo que la Dirección General de Salud parece hacer oídos sordos.

Por otra parte, creemos que en los últimos años se ha hecho más necesario que nunca la implicación de las administraciones en la lucha a favor de la diversidad de nuestra sociedad, ante lo que curiosamente nuestro Ayuntamiento se ha puesto de perfil. Ya no solo con acciones de visibilidad (como poner pancartas de apoyo al movimiento LGTBI o de las mujeres en los días significativos para estas sensibilidades), para que los miembros de estos colectivos se sientan identificados, sino con auténticas políticas de concienciación y de protección y denuncia ante situaciones de discriminación.

Todo ello, entendemos, se debe realizar fomentando la participación, creando espacios y normativas para la toma de decisiones colectivas, tales como modificar el Reglamento Orgánico Municipal para facilitar la inclusión en los Plenos Municipales de iniciativas ciudadanas, la participación de colectivos o abrir el turno de ruegos y preguntas a los presentes al finalizar el orden del día, como se hace en otros lugares. En el mismo sentido, creemos necesario crear un reglamento de presupuestos participativos, para que las vecinas y vecinos puedan, así, elegir qué hacer con los recursos económicos municipales, algo que, por cierto, el Partido Popular en diputación, dónde participa algún concejal de Tordesillas, ya realiza, con lo que es extraño que no hayan optado por realizar lo propio en nuestro municipio.

Desde Izquierda Unida llevamos tiempo reclamando estas iniciativas y estos cambios, realizando y participando en actos, eventos y concentraciones, todo ello a pesar de muchas dificultades pero con la ilusión de poder conseguirlo. Entendemos que ahora, es el momento de dar un paso más, de aprovechar este año electoral para cambiar y mejorar Tordesillas. Pero sabemos que no sólo nosotras y nosotros buscamos este nuevo proyecto para nuestro municipio. Por ello, desde aquí, llamamos a la unidad de todas las tordesillanas y tordesillanos que buscamos ese nuevo rumbo basado en la defensa de nuestro bienestar, nuestro patrimonio, nuestros servicios públicos, de la diversidad y creemos en la colaboración y la participación a la hora de hacer política.