Hoy se venden tintas…

por J.A. "GARAÑEDA"

Todos hemos escuchado en alguna ocasión, de boca de nuestros mayores, esta frase. Un dicho que, referido a las uvas, daba a entender que, según la conveniencia de la o las partes, los asuntos (cualesquiera que fuesen) se “pintaban” de una forma u otra. Hoy, nos alegramos por Tordesillas y los tordesillanos. También por el alcalde y su equipo de gobierno, el cual, en líneas generales, podemos decir que no lo está haciendo nada mal. Sin embargo, como siempre se puede mejorar, nos atreveremos una vez más a ejercer el derecho de crítica constructiva, para que algunas cosas importantes de y para nuestro pueblo no continúen en saco roto indefinidamente.

Todos hemos acogido la noticia de la próxima celebración del evento MOTAUROS 2022 con satisfacción. Una fiesta que, desde hace tiempo, hemos tenido la suerte de ver convertida en un  icono más de ese indudable atractivo turístico que posee y poseyó siempre nuestra villa, a la que acuden anualmente, atraídas por este motivo, gentes llegadas no sólo de los más diversos puntos de nuestra geografía, sino de toda Europa. Una efemérides que, además, reporta muchos e importantes beneficios económicos al sector hostelero de la localidad, y a otros que, aunque menos importantes, no merecen ser olvidados. A mí, particularmente, esta fiesta me encanta; no sólo porque veo cómo se desarrolla cada año con mayor esplendor y orden, sino porque reconozco en muchos de los participantes, además de esa afición motera cada día más extendida, esa otra de la que los tordesillanos nos sentimos tan orgullosos y que llevamos en lo más hondo de nuestros genes, que es la taurina. Una afición de la nunca nos apearemos, si Dios quiere.

Es, pues, en este sentido en el que van dirigidas estas líneas, que no son acusativas, pero que sí encierran un cierto sabor crítico, al reparar en el hecho de: por qué somos merecedores de unas cosas y no de otras.

MOTAUROS, en tanto que evento festivo, tiene la particularidad de concentrar gran cantidad de personas de todas las edades. Una masa humana que, durante varios días ocupa un espacio determinado en la zona pinariega de la periferia de nuestra villa. Una celebración que se mueve libremente cada día entre ella y la diversidad nuestro casco urbano. Una celebración al aire libre, que goza de todos los permisos administrativos, tanto por parte de la Comunidad autónoma como del Ayuntamiento. Una celebración para la que, por el momento, la limitación del número de asistentes no es demasiado rígida. Tras lo cual, es de obligado cumplimiento añadir que nos parece muy requete-bien. Sí. Porque ello representa una manera de cumplir con dos de los principios básicos más elementales de nuestra Constitución: la LIBERTAD y los DERECHOS.

Dicho esto, la pregunta obligada que muchos tordesillanos estarán haciéndose es: “Y, los espectáculos taurinos al aire libre, ¿porqué no?. También son un espectáculo al aire libre los encierros. O la lidia a campo abierto del TORO DE LA VEGA”.

Interpelamos pues, desde estas humildes líneas al Sr. Alcalde, animándole a hacer esta reflexión. Una meditación que convendría llevar hasta las más altas instancias de la Comunidad castellano-leonesa, que, tras varios años de prohibición, a todas luches caprichosa y fuera de todo espíritu constitucional, ha decidido castigar al pueblo tordesillano por estar unido en sus convicciones más tradicionales, así como en sus signos de identidad más profundos. Si la política se ejerciese con honestidad, estas cosas no ocurrirían. Del mismo modo que, si los hombres y mujeres que se dedican a hacerla y a vivir de ella lo fuesen, deberían preocuparse más por servir al pueblo que por servirse de él. No digo que este sea el caso de nuestro alcalde, a quien conozco personalmente y respeto profundamente. Pero, cuando un representante del pueblo se siente orgulloso de pertenecer a él debe hacer cuanto esté en su mano para que sus derechos y libertades sean  respetados, por encima de todo. Si no, no nos vale. Demuestre Vd., señor alcalde, que es un buen tordesillano, y que se siente orgulloso de serlo. La villa de Tordesillas y los tordesillanos se lo agradecerán. No las vendamos hoy tintas y mañana blancas.

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