Ómicron mata. Ómicron es menos agresivo. Ómicron puede resultar más peligroso en personas no vacunadas. Etc. No se alarmen, queridos lectores, sólo se trata de opiniones imaginarias que cualquiera podría haber vertido en los medios o ser difundidas a través de ellos con la intención de “informar” a la población. Sin embargo, hoy, 20 de enero de 2022, he encontrado una información que, a pesar de haber sido publicada por el mismo periódico, resulta contradictoria en cuanto al contenido y, sobre todo, sospechosa, ¡muy sospechosa!

Se trata de sendos artículos que hacen referencia al mismo asunto, pero cuyos temas, a pesar de ser coincidentes, proporcionan al lector datos que pueden llegar a confundirle, pues uno no sabe realmente en cuál de ellos se cuenta la verdad o, por el contrario, si ambos están intentando engañar. Pero lo curioso es que, el engaño únicamente es detectable si uno dispone de las dos informaciones, pues una está disponible en la redacción de la fecha que figura al pie de la fotografía, y del lugar que aparece en la cabecera, y otra en la misma fecha pero publicada a través de una agencia de dicho periódico en el extranjero. Y, como una imagen vale más que mil palabras, me he tomado la molestia de enviar a la redacción de La Senda digital una fotografía, en la que aparece la noticia correspondiente a cada una de ellas. Ambas corresponden al día 18 de enero de 2022. Una está publicada en Madrid, la otra, en Jerusalén. En la primera se lee textualmente: “La tercera dosis de la vacuna de Pfizer protege contra Ömicron”; y seguidamente ustedes mismos pueden leer el contenido de la noticia. En la segunda, el título es: “La cuarta dosis de la vacuna no es suficiente para acabar con Ómicron”; y seguidamente, podrán ustedes hacer lo mismo, leer lo que sigue.
Realmente, cuando uno ve estas cosas no le queda otro remedio que pensar. O, cuando menos, dudar. Pero, desde el punto de vista de algunos, o de muchos, la cruda realidad es esta: “¡Nos están engañando!”. O, sencillamente: “Están jugando con nosotros”. Bueno, puestos a pensar seriamente, podrían barajarse múltiples formas de ver la cuestión, pero todas, sin lugar a dudas, desde el prisma de la mentira, de la falsedad, de la trampa y, sobre todo, del fraude.
Señores lectores, siento tener que ser tan contundente, pero, desgraciadamente, yo pienso todas y cada una de estas cosas. No me arrepiento. Y menos de opinar que todos estos embustes son obra de una banda de desalmados sinvergüenzas. Aunque ustedes, por supuesto, también son libres de pensar y opinar como quieran, para eso todavía tenemos libertad.