En primer lugar, felicito a la empresa encargada de los encierros, los gitas (como se les conoce en el mundo del caballo y del toro); tres hermanos jóvenes, buenos caballistas, valientes y, lo más importante, con mucha ilusión. En el prado se ha disfrutado de los apartados, y los encierros han entrado todos bien y a su hora. ¿Quién se apuntará ahora este tanto? ¿el alcalde, su técnico, o el concejal de festejos, que ni está ni se le espera? Porque hay que recordar que el pasado año el pliego de condiciones se redactó a la medida de el Taru y aunque impugnado, con el nuevo pliego ofertado ¡qué casualidad! también le fue adjudicado a el Taru.
La fiesta fue, como todos sabemos, un verdadero desastre. Espero que hayan aprendido que, en esto y en todo, el amiguismo y el caciquismo no valen, así como que el ganado lo debe de adquirir el Ayuntamiento aparte de los encierros.
El Toro de la Vega, como estaba anunciado, salió a las 11:00 de la mañana. Bajó sin incidentes hasta casi el campo de tiro, cuando los caballistas empiezan a meterse con el toro, se da la vuelta y sube puente arriba. Por suerte que ahora tenemos las puertas que cierran el puente, si no habría subido hasta el camión y se habría visto la copla andaluza. Hasta ahí digamos que discurrió normal; el problema es que el toro estuvo entre la josa y el puente toda una hora, sin que nadie interviniese, sin tomar decisión alguna. El toro rajado buscaba irse del recorrido y según pasaba el tiempo era más peligroso. ¿Dónde estaban las autoridades y el técnico?
En este tradicional festejo hay dos partes; una, la urbana, que va desde la salida del toro hasta el puesto de la Cruz Roja donde tiene que haber -dado el carácter del festejo- al menos dos profesionales con sus capotes, y capacitados (no cualquiera, Sr. técnico) para intervenir en caso de cogida, o que el toro se emplace, etc. La segunda parte, en el campo, donde está el director de campo que no es otro que un hombre a caballo con sus ayudantes también caballistas; por lo tanto, alguien debería haber ordenado que este personal entrase al recorrido y tirase del toro para fuera o, al menos, lo intentase. Pero que, durante una hora, no se hiciera nada, es una irresponsabilidad y da cuenta de la falta de previsión y organización.
El sábado 7, el desenjaule; ganado bien presentado, de diferentes ganaderías, todos ellos cogían las puertas de toriles sin problemas. Se ve que los dos meses que han tenido al ganado con los bueyes -previo pago claro- les ha dado resultado. Un toro precioso de Aldeanueva, un sobrero del Toro de la Vega fuera de toda lógica (ya que era más toro que el titular), y el Toro de la Vega bien presentado. El alcalde este año no quería que al igual que el pasado le pitasen y lo consiguió. No hubo pitos pero tampoco aplausos. Indiferencia absoluta.
El viernes 13, encierro de los bueyes; a continuación, un toro de cajón donado por la asociación de empresarios de hostelería. El animal, reglamentariamente despuntado, salió fuerte del cajón, acudió a los cites de los dos cortadores que estaban en el puente, sin detenerse, el recorrido completamente vacío, sin nadie que lo citase; llegó a la plaza donde se le cortó, acudió pronto a los cites y remató en tablas en repetidas ocasiones. El toro cumplió sin más.
El domingo 15, por la mañana, toro de cajón; un bonito animal de Aldeanueva. Desconocía que este toro tuviera que ser un animal especial. No sé su precio, pero bueno…, de eso hablaremos cuando el señor alcalde, cumpliendo con su obligación, nos ofrezca las cuentas en tiempo y forma; porque no se entiende que teniendo 20 toros para los festejos populares -que la mayoría se van al matadero sólo con el encierro- se tenga que comprar un toro especial para que salga del cajón a la plaza. Por la tarde, el encierro entró puntual y los cinco toros. Y por la noche el concurso de cortes, cuatro novillos buenos y el quinto malo, reservón, tardó en las arrancadas que deslució la final. Los cortadores muy bien, resultó muy entretenido, lo malo es que no sé de quién habrá salido la idea de poner el concurso por la noche; tanto el ganado como los cortadores lucen más de día; una noche fría, muy desagradable, pero bueno, quien manda manda.
Lunes 16, el encierro con los novillos de los cortes. O sea, que les machacan por la noche y por la mañana los sacan al encierro. Increíble. Podían haberlos echado el miércoles o jueves. En fin, entró en hora y los cinco; por la tarde novillada picada, novillos de la ganadería de Brazuelas, bien presentados, cinco muy buenos y el sexto muy complicado. Los novilleros estuvieron bien, pero creo que los novillos superaron a los novilleros. Y por la noche, encierro del Toro de la Vega; entró pronto y sin bueyes. Tardaron mucho en echar bueyes desde los corrales y sin más entró en toriles.
El martes 17, a las 11:00 horas, el tradicional festejo del Toro de la Vega. Creo que han destrozado este día que es el más importante y el más taurino de toda la fiesta. Nada de nada hasta las 19:30 horas que es el encierro. Quién lo vio y quién lo ve. Increíble.
Miércoles 18, por la mañana, encierro. Entró a su hora, pero en la rotonda se les fueron dos de los cinco toros; por la tarde corrida de rejones, con toros de Benítez Cubero, mal presentados, una escalera. El segundo, pequeño, salió inválido de toriles y se mantuvo en el ruedo. De pena. Los tres rejoneadores, modestos, pero dieron espectáculo y el público se divirtió. No se explica cómo, año tras año, se consiente a este empresario que traiga ganado tan mal presentado. En las pasadas fiestas, tanto la novillada de Valdefresno, como la corrida de rejones del Canario fueron indecentes, y se lo toleran. Habría que adoptar medidas y quien no cumpla a la calle. Y también recordarle al señor alcalde y a su técnico que, por Tordesillas, han pasado todas las primerísimas figuras del Rejoneo. Los carteles este año no podían ser más flojos.
El señor que preside las corridas debe de tener un reglamento para él solo. Porque concede vueltas al ruedo a toros sin motivo, cambia el tercio de banderillas con un solo palo, que antes de empezar la faena de muleta se le cayó al animal; es decir, sin banderillear, etc. Por la noche, se soltó el sobrero del Toro de Vega; un toro muy bien presentado, aunque demasiado gordo, y ni en la calle ni en la plaza quiso pelea. El jueves lo volvieron a soltar desde el puente y dijo lo mismo, nada. Pero tiempo habrá para hablar más de este toro.
El jueves19, encierro que entró puntual y, por la tarde, GRAN PRIX seguido de toros desde el puente.
Un año más -y ya son demasiados- el pliego de condiciones para la venta de las carnes exige que todos los toros lidiados en las fiestas deban ser sacrificados en el matadero de Fuentesaúco (Zamora). Sé de algunas empresas que no se interesan por las carnes debido a esta imposición. Y es que la elección del matadero lo debería ser decisión de la empresa, como siempre se ha hecho; de esta forma, habría más ofertas y las carnes se venderían por un mayor importe. ¿No cree, señor alcalde?