Entidades de Valladolid visibilizan la soledad no deseada a través del proyecto CRECE

por La Senda
  • Hoy en la Plaza Fuente Dorada se llevará a cabo una acción de sensibilización que contará con mesas informativas y actividades lúdicas gracias a la colaboración de distintas entidades sociales y administraciones.
  • El objetivo del proyecto CRECE es evitar y retrasar la institucionalización de las personas.

Valladolid, 13 de junio de 2024. Dentro del proyecto CRECE se organiza una jornada para visibilizar la soledad no deseada que tendrá lugar mañana en la plaza Fuente Dorada de 17 a 20 horas. Se instalarán varias mesas informativas y se desarrollarán actividades lúdicas con gafas de realidad virtual, juego de soledad, dinámica de siluetas… para sensibilizar sobre este sentimiento doloroso que surge de la discrepancia entre las relaciones sociales que una persona tiene y las que le gustaría tener. 

En esta acción colaborativa se cuenta con la participación de Accem, Adavasymt, Cáritas Diocesana, Cruz Roja, El Puente Salud Mental, Federación de Asociaciones Vecinales de Valladolid ‘Antonio Machado’ Fundación Cepaim, Fundación Intras, Fundación La Merced Migraciones, Médicos del Mundo Castilla y León, Oblatas Centro Albor, Procomar Valladolid Acoge, Proyecto Hombre – Fundación Aldaba, YMCA, Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid.

La soledad puede ser emocional, por la falta de relaciones de confianza o intimidad, o social, relacionada con la ausencia de una red social suficientemente amplia, interesante o atractiva para la persona. Sonia Velasco, responsable del proyecto en Valladolid, afirma que “nunca es una situación buscada y va mucho más allá de la falta de compañía: una persona puede sentirse sola a pesar de vivir rodeada de gente y hay personas que no se sienten solas a pesar de vivir solas o en lugares aislados. No es un problema individual, sino de un problema social provocado por múltiples factores y actuar frente a las consecuencias de la soledad es un desafío que requiere del compromiso y la participación activa de toda la sociedad. Porque todas las personas podemos hacer algo frente a la soledad no deseada”. 

CRECE es un proyecto experimental de Cruz Roja que busca transformar el modelo de apoyo y cuidado de larga duración en las personas para prevenir y retrasar la institucionalización, y potenciar la autonomía de las personas en situación de dificultad social, evitando así el sentimiento de soledad no deseada. Este proyecto supone un gran reto para la Organización: pretende validar e instalar un nuevo modelo de intervención y cuidados de larga duración que sea transferible a otras entidades y a las políticas públicas del sector, desde una perspectiva comunitaria.

Este proyecto, financiado por los fondos de Next Generation de la Unión Europea a través del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, se está desarrollando en Valladolid desde hace un año con personas participantes en diferentes situaciones de vulnerabilidad social, en concreto con los colectivos de Mujer en Dificultad Social y Personas Sin Hogar.

CRECE supone para Cruz Roja la oportunidad de diseñar y testar respuestas tecnológicas que ayuden a paliar situaciones de soledad no deseadareforzando la intervención directa que se realiza con cada persona.

Todo ello repercutirá en la población con la disminución del sentimiento de soledad no deseada, la mejora en la autonomía, la aplicación de capacidades y el empoderamiento, la defensa de los derechos de las personas a permanecer en el entorno en el que viven el mayor tiempo posible, y el aprovechamiento de la tecnología incorporada a las nuevas formas de cuidado.

En ocasiones, la institucionalización provoca sentimientos de desarraigo, tristeza y abandono, o de pérdida de control sobre la propia vida. Estos sentimientos, ya de por sí preocupantes, tienen consecuencias aún más graves en el caso de las personas socialmente aisladas, así como en aquellas que sufren una soledad no deseada.

Cambiar el modelo de cuidados implica repensar el modelo de sociedad en que vivimos, significa entender que el bienestar individual y el bienestar colectivo están estrechamente vinculados y son interdependientes. Debemos dirigir nuestra mirada hacia la búsqueda de un nuevo modelo de cuidados, y este solo puede construirse sobre un sistema fuerte de servicios públicos y apoyo comunitario, centrado en las personas.

Cruz Roja trabaja para favorecer los entornos inclusivos para que nadie se quede atrás; un entorno inclusivo asegura la participación en igualdad de oportunidades para todas las personas, ayuda a reducir el riesgo de exclusión favoreciendo la creación y refuerzo de las redes de protección.

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