El último vuelo

por Ivan Morales

¡Volaste tan alto, Guillermo, que te perdiste al cruzar las puertas de San Pedro! Sucedió el pasado sábado 17 de diciembre. Por un inexplicable azar del destino, lo que hubiera sido un agradable y tranquilo paseo en ultraligero desde el aeródromo de Matilla se convirtió en un instante en tragedia: un probable error humano ponía fin a la vida de la pareja formada por Beatriz C. – a los mandos en aquel momento – y Guillermo A., dos experimentados pilotos con una larga trayectoria en materia de aviación e innumerables horas de vuelo a sus espaldas. Y es que no somos realmente conscientes de lo delgada que es la línea que separa la cotidianidad del fatum hasta que nos toca de cerca.

La mujer, de unos cuarenta años de edad e hija del gerente del aeródromo, era madre de varias criaturas y conocida entre los asiduos al aeródromo de las localidades circundantes. Guillermo, habitual de la zona, rondaba los cincuenta, era padre de una niña y residía en la cercana localidad de Geria donde formaba parte de su consistorio en calidad de concejal. Aún guardo un grato recuerdo de la experiencia que viví junto a él – era el regalo de mi cumpleaños – no exenta de nervios y de cierta ´indigestión´ – presagio de otro triste final – con la camisa totalmente empapada de sudor a la finalización de la misma, estado que generó en mi interior un sentimiento de ingratitud y, por consiguiente, de culpabilidad doble que se fue desvaneciendo con el paso de las horas.

 “A ver si nos tomamos una caña en la Paramada”, le comenté en el último mensaje que le envié minutos después de aquel segundo y definitivo intento tras abortar el primero. “Hay mucho viento cruzado y, al aterrizaje, te puedes acojonar”, me comentó en aquel momento.

Desafortunadamente los peores pronósticos se fueron cumpliendo con el goteo incesante de mensajes y noticias alrededor del suceso: localizada bajo las aguas del río Duero se encontraba la aeronave pilotada por Beatriz, quien no pudo evitar que ésta chocara contra uno de los cables que cruzaban el río a la altura de Villamarciel provocando el fatal desenlace.

DEP ambas almas.

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