Como cada año, el 19 de marzo, día de San José Obrero, el “católico” como normalmente le denominamos todos los tordesillanos, celebró el día de su Santo Patrón, dando comienzo con la celebración de la Eucaristía en la Iglesia de Santa Clara, para acto seguido reunirse en las dependencias del círculo y degustar el tradicional desayuno a base de chocolate con bizcochos y pastelillos.

Al acto, como viene siendo costumbre, acompañaron a la junta directiva: el Párroco y oficiante de la Misa, el Juez, el Alcalde con parte de la Corporación Municipal y más de un centenar de socios.
Debido a la coincidencia con la manifestación programada en la Plaza Mayor a las 12:00h, como protesta por los altos costes de las energías, la Junta Directiva se vio obligada a alterar el orden del programa, de tal forma que el desayuno cerró el acto. Antes se realizó un homenaje a dos de los socios más antiguos: Víctor Bragado Mata, que no pudo estar presente por haber sufrido un pequeño accidente, recogiendo la placa en su lugar su hijo Víctor. El otro homenajeado fue Victoriano Rodríguez Pérez, que este sí que estuvo presente y recogió la placa entre los aplausos de los asistentes.

Todos los que tenemos una edad avanzada, sabemos el papel que ha jugado el Católico en nuestras vidas y como muestra trasladémonos por unos instantes a la década de los 60, años en el que el centro gozó de su mayor esplendor en cuanto su uso ordinario. Recuerdo como los domingos por la tarde nuestros mayores terminaban de jugar las partidas (para ellos un ritual en aquellos tiempos) y a partir de la 6 de la tarde comenzábamos a llegar las parejas y jóvenes en general que regresábamos del paseo dominguero por las riberas y carreteras, de forma que llenábamos el local. En aquella época el “Bar del Católico” lo atendía la familia Fraile-Medina y allí nos tomábamos desde el bocadillo de sardinas acompañado de una cerveza El Águila, el KAS (bebida de moda) o la Coca-Cola y los cafés correspondientes. ¡Ay qué tiempos aquellos!

Situación bien distinta en los tiempos actuales, en el que el centro o bar sigue estando bien atendido, pero el número de asistentes ya no es el mismo, en particular en el caso de los mayores que ven una dificultad en subir las cuatro escaleras que hay que superar para llegar al local más encantador, espacioso y con mejores vistas de cuantos hay en Tordesillas y muchos, muchos kilómetros a la redonda.

Por eso desde aquí y a través de un fotomontaje, mostramos una idea para solucionar el problema y tener un gesto con las personas mayores y todos aquellos que tienen algún problema movilidad. Aprovechamos también para lanzar un mensaje a los vecinos de Tordesillas para que se planteen la posibilidad de hacerse socios del Círculo Católico Obrero. La suscripción actual está en 10€ al año. Los interesados pueden dirigirse al propio Bar del Católico.